miércoles, 18 de febrero de 2015

Impregnada.

           

Abro mis ojos y lo primero que  logro ver es el piso manchado de una habitación tan diferente a la mía, es lúgubre y obscura, la iluminación es pésima y no tiene ventanas, 4 paredes pintadas de horrible color amarillo cuya tonalidad jamás lograre adivinar, cuadros pasados de moda llenos de arte de artistas mediocres, que probablemente venden lo que llaman arte para poder comprar  drogas, solo alguien drogado podría pintar trazos tan descabellados y fuera de lugar.            La cama se siente incómoda siquiera sé cómo es que pude haber dormido en algo tan áspero, y como si no fuera suficiente ese olor penetrante de algo desconocido inunda mis pulmones, es  agobiante y me altera al mismo tiempo,  es un olor que me  hace volver por completo a mi realidad,  una vez más estoy en una habitación totalmente desconocida, en un lugar extraño y sin dirección ni memoria, una vez más me encuentro perdida dentro de este lugar al que  me obligan a llamar vida.
Cada bocanada de aire se siente como una puñalada a mis pulmones, me pregunto si una vez más he estado jugando a dejar de  respirar, me pregunto si  una vez más me he emborrachado y  me he acostado con algún tipo al cual no conozco y probablemente jamás conoceré, por un momento realmente deseo que  haya sido así, realmente espero que simplemente haya sido una borrachera fuera de control donde se inhibieron cada uno de mis valores y sentido morales, y no que ella haya vuelto.Puedo sentir la sequedad en mi garganta y el dolor de cabeza  que me tortura, las punzadas en ciertas partes de mi cuerpo y las náuseas, definitivamente he bebido, definitivamente  he tenido alguna razón para beber, alguna razón que me trajo hasta aquí, hasta este lugar.Me levanto de la cama y puedo notar como el frio de la habitación recorre mi piel desnuda, es como  cientos de pequeños pinchazos al mismo tiempo, en cada centímetro de mi cuerpo, pero no importa, nada importa, me ha pasado tantas veces que simplemente en este momento podría decir que carece de sentido, simplemente es otra mañana más, en otro lugar desconocido, sin recordar nada, simplemente es otra mañana usual y común en lo que se hace llamar vida.
            Camino hasta un armario que se encuentra justamente enfrente de la cama, una mala ubicación a mi parecer, me pregunto  en qué clase de lugar alguien puede disfrutar mientras su reflejo lo mira dormir, es simplemente carecer de cordura el tan solo pensar en que  a alguien le  podría gustar esa idea.
Mi reflejo en el espejo luce un poco pálido , la mujer que esta parada en frente de mi carece de belleza aun estando en el estado más natural y puro que puede existir , luce simplemente como una aberración, cada centímetro de su cuerpo está  cubierto por dolor, por sufrimiento , por  gritos y agonía, por suplicas que pasaron simplemente desapercibidas,  en su hombro derecho se puede percibir un hematoma; que simboliza peleas y luchas , que  representa a su verdadera yo tratando de escapar, en su abdomen hay uno más, uno de sus  muslo es portador orgulloso de uno de grandes dimensiones y su cara esta coronada con  rasguños al igual que su espalda, algunas mañanas cuando me miro al espejo es como si realmente no pudiera reconocer quien soy , como si la persona que vive dentro de ese cuerpo que miro al espejo en este momento saliera de él y se perdiera, como si cada vez fuera más difícil encontrar el camino de regreso. Al alejarme del espejo me dispongo a vestirme, al recorrer toda la habitación con la mirada me percato de que definitivamente no existe rastro en la habitación de mi ropa o mi bolso o mis zapatos,  a simple vista podría decir que  jamás estuve aquí, que jamás viví esta mañana, que estos recuerdos no van a existir y que mi piel nunca fue impregnada por este lúgubre lugar.            Puedo ver una puerta a unos centímetro de mí, realmente esta habitación es de dimensiones pequeñas, una puerta  descolorida cuya pintura se cae a pedazos ,  tal vez sea un baño y mis pertenencias se encuentren ahí o sea la puerta de salida para poder escapar de esta pesadilla, camino hacia ella mientras siento  el piso pegajoso y frio, coloco mi mano en la perilla y me dispongo a girarla y entonces un pensamiento pasa por mi mente, algo como un susurro de una voz desconocida, -no lo hagas, solo escapa- y desaparece después de unos segundos, como lo hace usualmente,  lo ignoro y giro la perilla y se abre ante  mí un panorama tan aterrador que altera verdaderamente mis sentidos, acelera mi corazón y  me deja sin aliento, las paredes amarillas adornadas de dolor , impregnadas de pecado, manchadas de  sangre , de una sangre tan roja que  lastima solo al verla, la bañera, las paredes , el piso todos son un recordatorio constante de una incógnita, no puedo , el olor me provoca nausea , cierro mis ojos y una voz, un pensamiento fugas  inunda mi cabeza  una vez más – fue divertido-.

viernes, 13 de febrero de 2015

Portadora de Demonios

Tengo tantas ganas de escapar, tantas ganas de gritar, de correr por un pasillo vacío mientras mis ojos sangran, y el piso se torna rojo.

Tengo tantas ganas de arrancar uno por uno los miedos de mi  corazón, tengo tantas ganas de dejar de respirar, sentir la necesidad, la necesidad de algo que sí puedo tener, de algo que en verdad es real,  dentro de mi crecen las ganas inmensas de tirar de su cabello y complacerlo en cada uno de sus deseos, de arrebatarle los  labios a mordidas y escucharlo gemir como si no hubiera mañana, tengo dentro de mi estos demonios que se niegan a  desertar, es constantemente el recuerdo del daño que este mundo le ha hecho a mi cuerpo,  a mi vida, a mi ser…
Mi alma esta manchada con tanto sufrimiento, se siente perdida entre tantos caminos, estoy desahuciada, no existe cura para esta enfermedad, las voces dentro de mi cabeza han vuelto a gritar, más fuerte que antes más malignas y menos piadosas, dentro de mí un monstruo está creciendo, dentro de mi algo ha muerto.
Cojo un cuchillo en mis manos, el brillo del metal me deja sin palabras, no puedo evitar sentirme cautivada, es excitante de cierta manera como algo tan letal es tan  hermoso a la vez, con el filo del cuchillo sobre mi mano aplico presión y puedo ver como la sangre  brota de mí, el rojo nunca ha sido mi color, el rojo siempre será su color. Y entonces mientras camino el piso se tiñe de rojo en cada paso que doy y mi cordura se va esfumando como si de  neblina se tratara ahora veo más claro que nunca, lo veo a él recostado en mi cama y sé que es lo que debo de hacer, sé que es lo que necesito hacer, mi cuerpo lo anhela demasiado y con locura, y mis demonios exigen su sangre sobre mí.
Lo apuñalo una y otra vez, con tal locura que resulta excitante, con tanta fuerza que resulta agotador, con tanta furia que  algo de mí se desprende, me dejo ir, me pierdo en el rojo de la sangre que brota de su cuerpo, me dejo cautiva por cada uno de sus  suplicas y sus lamentos, y por una vez mis voces, las voces de mi cabeza se callan, y entonces el silencio me atormenta, me culpa y me enjuicia me  condena a ser siempre solo una portadora de demonios.