viernes, 7 de noviembre de 2014
Permíteme olvidar 110 días sin Julián.
Los primeros días de marzo
suelen traer consigo un clima agradable y favorable para los amantes, si
Julián siguiera aquí disfrutaríamos este
clima al máximo juntos, iríamos de paseo
por las calles de la ciudad tratando de adivinar la historias que las personas
ocultan, las calles se sentirían nuestras por un momento y ese cálido
pero refrescante viento rosaría nuestra
piel mientras corremos por las calles
tratando de escapar del tiempo, de la vida, del dolor, pero eso solo son
recuerdos de un pasado ,el ya no esta y este marzo para mi no es cálido, no es
hermoso, simplemente es nada, ahora solo puedo sentir frio y dolor todo el
tiempo, cada instante, a cada segundo, ahora solo puedo sentir su ausencia.
A travez de la
ventana puedo escuchar las risas de los niños que juegan en la calle, sus risas
sus vocecillas agudas que me producen una sensación de dolor en el corazón , Julián
solía reír como un niño todo el tiempo, Julián me asía reír como una niña todo
el tiempo, sin embargo esos momentos junto con las risas y la felicidad ahora
solo se ven distantes , a veces solo desearía volver a ser un niña otra vez,
olvidar lo que se siente amar, olvidar
lo que es llorar, olvidar lo que es el dolor, olvidar lo que es la vida después
de Julián, la voz de mi madre hace que mis pensamientos se esfumen casi de forma automática, ahora
solo son como el humo en el viento, volátiles ,inalcanzables.
El rechinido de la puerta de mi habitación produce un aterrador escalofrió que recorre desde mi nuca asta la punta de mis pies, la extraña sensación me ase abrir automáticamente las manos ,el estruendo del metal del cuchillo golpeando contra el suelo retumba en mis oídos .
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