Mi querido Azael , has caído a la tierra envuelto en el
pecado, tu lujuria enciende tus ojos como si de dos antorchas se tratara, es
fuego y consume , consume todo lo que has decidido mirar, lo que anhelas, lo
que deseas, aun lo que amas ha sido consumido por el fuego que emanas y aun así
no puedo evitar sentirme cautivada por el fuego en tu mirada, ¿soy acaso un alma
perdida como para anhelar quedarme?, te veo consumir todo lo que tocas,
calcinar todo lo que tu piel roza y destruir
a cualquiera que siquiera ose mirarte, as descendido en mi vida como un
representante en carne de todos y cada uno de mis miedos , como el conjunto de todos mis
demonios, eres mi mayor tentación querido Azael
la mayor prueba a la que me he enfrentado, a la que temo no vencer.
Me miras y puedo sentir mi piel ardiendo, pero no es el
fuego de tu mirada lo que me quema, es el deseo, que recorre cada centímetro de
mi piel cuando posas tu mirada en mí, con cautela desenfundas tu espada, y un chirrido
desquiciante resuena en mis oídos, la sangre vertida en el metal
resplandeciente pide justicia,
y yo no temo ante ti, es mi mejor escudo en este momento, el temerte te habría
dado un poder sobre mí que no me podía permitirte. Me mirabas con ira, sabias
perfectamente quien era y que jamás te dejaría entrar, lo sabía y te carcomía
por dentro el saber que en tu interior tu lujuria te alimentaba a desear lo que
no debías ni podrías tener.
Azael, te veo caminar
asía mi con pasos apresurados, sinceramente puedo escuchar el crujir de cada
una de las ramas que se rompen ante tus pisadas, es irónico, una parte de mi
llego a pensar en algún momento que flotarías
sobrenaturalmente sobre este mundo, como si no quisieras dejar rastro alguno de
tu pecado, tu espada sigue en tu mano y es entonces cuando recuerdo que estoy
indefensa ante ti, he entregado cada una de mis armas desde hace mucho tiempo,
todas y cada una de mis espadas han sido cubiertas con una sangre tan poderosa
que las ha fundido para crear una corona, y por un momento por más estúpido que
suene desearía tener mis espadas de vuelta solo para poder defenderme.
Cuando estas a unos centímetros de mí y tus ojos me miran
fijamente puedo ver en ellos el reflejo de la maldad de este mundo, mirarte a
los ojos es como si tus manos atravesaran mi pecho y estrujaran mi corazón tan fuertemente con tanta ira que se me va la respiración y mi
piel simplemente se vuelve frágil como el papel.
Luego puedo escuchar el
impacto de tu espada con mi piel, no puedo sentirlo, mi piel ha perdido
la sensibilidad desde hace tiempo, sin embargo puedo escuchar como la sangre
emana de mi fluidamente, sin restricciones sin paciencia sin contemplación y tu
mirada de fuego es aún más intensa he saciado tu fuego con mi sangre, he
llenado tu vacío con mi dolor y aun así para ti no es suficiente, entonces me
tocas por primera vez desde que comenzó nuestra batalla me tocas
verdaderamente, y puedo sentir con las pocas fuerzas que me quedan tu piel
ardiente sobre mi piel y por sorpresa no me quemas, no como lo esperaba no consumes mi piel,
ni provocas heridas, solo enciendes en mí
el interruptor que yo misma había elegido apagar, y entonces muere una parte de
mí, para dejar vivir a lo que nunca fui.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario