sábado, 27 de septiembre de 2014

Canción de mar.

Julián era un marinero de 20 años que se encontraba  perdido en la inmensidad  de los mares, sin embargo no era la inmensidad de el mar o la profundidad de este lo que lo hacía sentir perdido,  si no el hecho de que en toda su vida no  había conocido a una mujer que lo amara tal y como era, era absurdo pensar que podría existir una mujer en algún lugar de la tierra, que pudiera amar a  un marinero  solitario y tímido, una mujer que resignara su vida a vivir siempre en el mar, rodeada de tormentas  frio y obscuridad, alguien que disfrutara tanto como el ,el majestuoso y misterioso mar.

Julián se encontraba  perdido en el mar constantemente, por más mal y aterrador  que pareciera a simple vista pasar gran parte de su vida  navegando por aguas frías, solitaria, oscuras y turbulentas, para él era el único momento la única cosa que lo así sentir feliz.

El ser un marinero prometía   estar lleno de aventuras asombrosas e increíbles que serían historias fantásticas para contar en la posteridad, el ser un marinero era tolo lo que él deseaba ser.

 Fue hace solo  5 años, cuando tenía apenas 17,  durante su primer viaje en barco por el caribe, que se dio cuenta que jamás podría alejarse del mar otra vez, era como si en ese instante una canción inaudible lo llamara para adentrarse  y nunca regresar a tierra.
Era quizás el dulce sonido de los mares, la delicada briza marina que salpicaba su piel mientras navegaba o  el dulce olor a mar y las grandes aventura que se imaginaba algún día podría experimentar.
¿Eran quizás estas razones   lo suficientemente fuerte para condenarse a una  vida llena de soledad?

 Extramente él pensaba que sí, el silencio que escuchaba cuando  detenía su barco en medio de la nada, en un punto donde solo lo rodeaba las aguas inertes y pacificas del mar era  tan sublime que escucharlo valdría incluso un precio tan grande como la soledad misma.

Sin embargo después de 5 años navegando por el inmenso más había descubierto que en realidad  había un sonido que valía más incluso que su propia vida, el sonido de esa canción de mar que nunca olvidaría, esa canción de mar que solo el había escuchado aquel día, la canción que lo llamaba para adentrase en la inmensidad de los mares, cantada en un tono tan agudo que sonaba celestial, esa canción perfectamente afinada, y no es que el fuera una experto en música exactamente, pero definitivamente una voz tan dulce como la que había escuchado aquel día no podría haber desafinado ni la más alta  de las notas.

 Durante años Julián había navego  de mar esperando escuchar nuevamente esa melodía,  muchas veces cansado de buscar algo que parecía inexistente llego a preguntase si  aquella canción no habría sido simplemente un invento de su imaginación, lo cual al instante le sonó absurdo puesto que esa voz tenía que ser real.
Noche tras noche en el umbral de los sueños cuando estaba a punto de dormir  intentaba recordar febrilmente la letra de esa canción, sin embargo nunca lograba unir las palabras correctas las notas indicadas, el tono exacto que sonaran en armonía  como las de esa canción.

Pasaron días tras días, años tras años incluso su vida había llegado a un punto en el que el marinero solo vivía para navegar , en busca de esa canción que lo había hechizado, aquella canción que no podía sacar de su cabeza esa canción que debía encontrar.
Paso el tiempo y el marinero estaba  a punto de darse por vencido, los pensamientos  que postulaban que la canción era solo un producto de su imaginación cada día se hacían más presentes, sus huesos se sentían cansados y su cuerpo débil, pero su corazón, su fuerte corazón aún se encontraba  hechizado por aquella canción, dispuesto a seguir adelante, añorando constantemente volver a escuchar esa melodioso voz, sus esperanzas se encontraban titilantes, le agobiaba constantemente la idea de no poder encontrar en ningún lugar en ningún recóndito  lugar del enorme mar a  esa voz que lo había enloquecido  de tal manera, día tras día buscaba en el mar lo que simplemente no podía encontrar,  cansado, con sueño y anhelando eso que no podía tener , al pasar de los días podía notar como  su corazón   se agotaba ,poco a poco desistiendo de la idea de seguir,   su mente se iba tornando confusa y sus pensamientos se esfumaban por completo su cuerpo se debilitaba y cada uno de sus huesos se hacían más presentes a través de su piel.

 Un día, un frio día,  cuando sus esperanzas estaban a nada de desaparecer cuando  su corazón estaba a punto de dejar de latir pudo escuchar a lo lejos esa hermosa voz ,esa hermosa canción de mar que tanto anhelaba escuchar,  al principio pensó que la voz no era más que un producto de su imaginación, de la desesperación que sentía en ese momento del cansancio y el sueño, eso debía ser, por un momento pensó que se había quedado dormido y que como en muchos sueños  que ya había tenido estaba imaginando lo que tanto deseaba, sin embargo la canción se escuchaba cada vez más cerca  constante y más hermosa de lo que la recordaba y fue entonces cuando noto que la canción realmente provenía del mar que esa melodía única y majestuoso era real y no un producto de su imaginación , con las pocas fuerzas que le quedaban y el último  golpe de  valentía  se puso en pie y  con el ultimo gramo de esperanza que quedaba en su cuerpo pudo ver a un lado del barco la  creatura más maravillosa y hermosa que jamás había visto, una mujer tan hermosa que sería simplemente imposible describir , era simplemente  lo más bello que él había visto y con su mirada con esa mirada sublime y majestuoso lo llamaba así a ella  invitándolo a bajar del barco y acercarse.

Julián hipnotizado por su profunda mirada ,su grande hermosura y su descomunal voz, salto sin pensarlo del barco, incrustándose en la frías y obscura aguas del mar, donde la hermosa sirena que había estado buscando durante toda su vida  lo miro, le sonrió y con un beso lo sumergió en las profundas aguas y lo llevo con ella a un lugar que él nunca imagino y que tal vez era lo que él siempre deseo .

 

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